Según cálculos de UNICEF, en el mundo hay unos 158 millones de niños y niñas menores de 15 años que están obligados a trabajar. La inmensa mayoría de ellos tiene muy pocas probabilidades de acceso a la educación. Debido a ello, tampoco tienen muchas posibilidades de evitar el analfabetismo, una carencia de conocimientos que les cerrará muchas puertas en el futuro.
El término trabajo infantil se refiere a cualquier trabajo que es física, mental, social o moralmente perjudicial para el niño, afecta su escolaridad y le impide jugar. Muchos niños no reciben alimentación ni cuidados apropiados. Se les niega la oportunidad de ser niños. Más de la mitad de estos niños están expuestos a las peores formas de trabajo infantil como trabajo en ambientes peligrosos, esclavitud, y otras formas de trabajo forzoso, actividades ilícitas incluyendo el tráfico de drogas y la prostitución.
En Argentina, el trabajo de menores de 16 años está prohibido por ley, y se penaliza a los empleadores que se aprovechan económicamente del trabajo de menores.
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